Hace
unos años, sobre el 2006, se localizó en la provincia de Murcia una nueva plaga
que afectaba a las chumberas, esta plaga se extendió rápidamente por toda la
Región. Posteriormente se fue propagando hacía Almería llegando a la localidad
de Puerto Lumbreras en 2010.
Poco
a poco esta plaga se ha ido extendiendo por las chumberas a lo largo de la franja
costera Mediterránea, llegando también a la Axarquía (incluso a pueblos
situados varias decenas de kilómetros al interior). Esta nueva plaga se denomina
como la cochinilla del carmín (Dactylopius
opuntiae), de la cual se extrae un colorante rojo natural, que se utiliza para
la fabricación de numerosos productos como el color carmín de los pintalabios,
tintes para la ropa y colorante alimenticio (E120) para el chorizo, yogurt,
quesos, postres, etc.).
Puesto
que el uso de esta cochinilla usada como colorante (E120), parece ser que es
muy frecuente, me he puesto a buscar en mi propia casa, algún producto que lo
lleve. Y a poco que he buscado lo he encontrado, aquí muestro una foto donde se
aprecia su uso como colorante de chorizo.
Este
insecto se cultivaba en chumberas o paleras donde los climas son secos como en algunas
de las Islas Canarias. También su cultivo se desarrollaba y sigue realizándose en
varios países de Sudamérica y Centroamérica, sobre todo en Perú.
Foto de Jardín Mundani.
Todo
esto no es nada nuevo, pues el carmín ya era usado por los indios prehispánicos
para teñir sus ropas y cabellos, colorear las pinturas murales de sus palacios
y edificios religiosos, entre otros usos.
Foto de Jardín Mundani.
Colonia
de hembras de cochinilla del carmín en diferentes etapas de crecimiento. Tanto
los machos como las hembras se alimentan de la savia de las opuntias y para
llegar a ella perforan la cutícula de las palas con un estilete bucal en forma
de aguja y absorben así la rica y nutritiva savia de estas plantas, a las que
debilitan y acortan la vida. Las opuntias severamente infestadas languidecen
rápidamente y mueren a los pocos meses.
Foto de http://elhuertoderamon.blogspot.com.es/
Quiero
terminar, aportando las soluciones para luchar contra esta terrible plaga, pues
de no poner remedio quedarán solo aquellas chumberas suficientemente valoradas
por sus propietarios y dejar claro que a
partir de ahora, las chumberas precisan de unas mínimas labores de inspección,
cuidados y mantenimiento.
El
control de esta plaga no resulta fácil debido a
la cubierta cérea hidrófoba (repele los líquidos) que envuelve los
plastones de cochinillas. Es una especie de borra algodonosa que impide el buen
contacto de los caldos insecticidas.
Es
importante actuar de inmediato, en el mismo momento que se detecta su presencia
para actuar contra las fases larvarias móviles que son mucho más sensibles.
1 1) Si
el ataque es a pequeña escala, un cepillado periódico de la superficie de las
paletas con un cepillo mojado en jabón potásico
es suficiente para tenerlas limpias o bien un tratamiento pulverizado del mismo
jabón potásico (de venta en tiendas de
fitosanitarios, aunque nosotros también podemos fabricarlo).
2 2) Cuando
la plaga está bastante extendida, primero es recomendable eliminar todas las
palas secas, podridas o con una superficie cubierta de algodón superior al 25
%. Este material, muy pesado, no debe bajo ningún concepto llevarse a vertedero
pues dispersamos la plaga y trasladamos el problema a otro lugar. Se recomienda
el enterrado en un lugar cercano. Después podemos lavar con agua a presión,
pues gran parte se desprenderá, caerá al suelo y morirán; aunque yo personalmente
prefiero y recomiendo realizar varios tratamientos con jabón
potásico pues las ninfas
permanecen vivas mucho tiempo y podrían reinfestar otra vez las pencas.
3 3) Si
la infestación está muy extendida, ocupando masas de chumberas enteras, debe
aplicarse tratamiento con una serie de productos químicos o fitosanitarios que
están autorizados, entre otras cosas para este uso.
FUENTES:
·
Elaboración propia.